El movimiento de lodo y rocas se inició la noche del sábado y concluyó cerca a las 5:00 de este domingo, producto de esta situación, se tuvo que evacuar a 11 familias quedando también 12 viviendas comprometidas.
Vladimir Toro, jefe de la Unidad de Emergencias, explicó a EL DEBER que se procedió de acuerdo al protocolo; primero se evacuó a los afectados y ahora se continúan las labores con el rescate de enceres. "Es un problema que data desde 2011. La zona es considerada como de muy alto riesgo", dice Toro.
El tercer paso sería la demolición de las viviendas que resultaron comprometidas, "pero esto no se dará ya que no hay consentimiento de los propietarios", de dichas casas, los mismos que una vez despejada la zona, anticiparon que volverán a sus hogares aún a riesgo de que se vuelva a producir un nuevo deslizamiento.
Fuente: El Deber.
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